Por qué el mundo elige el cuero argentino
Cuando viajar también es conocer lo auténtico.
El turismo como puerta de entrada al oficio y la identidad
Quien visita Argentina sabe que hay ciertas experiencias que no pueden faltar: caminar por el puente de la mujer, probar un buen asado, escuchar un tango, ver el Obelisco, sentir la bruma de las Cataratas… y, claro, conocer el cuero argentino.
Sí, porque así como el mate o la empanada tienen un lugar propio en la cultura local, el cuero es parte de lo que nos representa. Y el turismo se ha convertido en una forma clave de acercar esa identidad a personas de todo el mundo.
¿Qué busca el visitante internacional?
No es casual que muchos turistas lleguen con la intención explícita de “llevarse algo de cuero”. Lo que buscan no es solo un objeto: es autenticidad. Quieren saber de dónde viene lo que compran, cómo se hizo, qué lo vuelve distinto.
El cuero argentino ofrece respuestas potentes: es noble, tiene oficio, es duradero, es cultural. Muchos valoran que provenga de una materia prima local, trabajada por manos que conocen el material como una extensión del cuerpo. Que el diseño tenga arraigo. Que la pieza cuente una historia.
Un objeto con memoria
En un mundo de productos genéricos y recuerdos descartables, el cuero se destaca como testimonio material de un viaje. No es un souvenir más, es un objeto que permanece y acompaña. Uno que no se guarda, sino que se usa. Y con el uso, gana carácter.
Hay quienes recuerdan un país por las fotos que sacaron. Otros, por lo que se trajeron puesto. Una cartera, un cinturón, una mochila de cuero argentino puede convertirse en ese tipo de recuerdo que cada vez que se toca, evoca una emoción, una ciudad, una historia compartida.
Lo artesanal como diferencial
No todo cuero es igual. Y eso también lo sabe el turista. Quien elige lo auténtico no busca el precio más bajo, sino el valor verdadero. Lo hecho con tiempo, con respeto, con identidad.
El trabajo artesanal argentino —que combina tradición, innovación y sentido estético— es parte de ese valor. Porque cada pieza bien hecha lleva impreso algo más que una marca: lleva una forma de mirar y habitar el mundo.
Buona Terra: contar Argentina con las manos
En Buona Terra, entendemos el diseño como lenguaje. Y al cuero, como soporte de historias. Creemos que cada pieza debe ser una síntesis entre lo que somos y lo que proyectamos. Por eso, cuando alguien se lleva uno de nuestros productos, no solo se lleva cuero argentino: se lleva parte de su historia.
Y, a veces, también un pedacito de la nuestra.