El cuero como acto de conciencia
Un subproducto que habla de economía circular, durabilidad y oficio.
Sustentabilidad no siempre es lo que parece
En un mundo donde las palabras “eco” o “sustentable” aparecen en etiquetas, publicidades y discursos por igual, es fácil confundirse. ¿Qué materiales son realmente responsables? ¿Qué procesos reducen el impacto ambiental? ¿Y qué rol cumple el cuero en este escenario?
Aunque pueda parecer lo contrario, el cuero —cuando se produce de forma ética y consciente— no solo es compatible con la sustentabilidad, sino que puede ser uno de sus grandes aliados. Porque, a diferencia de otros materiales, el cuero no se produce para ser cuero.
Un subproducto que ya existe
El cuero es, por definición, un subproducto de la industria ganadera. El animal no es criado por su piel, sino por su carne o leche. Esa piel, si no se utiliza, se transforma en un residuo industrial de grandes volúmenes y alto costo ambiental si no se gestiona correctamente.
Darle un uso productivo y valioso a esa materia que ya existe es, en sí mismo, un acto de economía circular. Se evita el descarte, se transforma un residuo en un bien útil, durable, con una larga vida útil y posibilidad de reparación.
¿Cuero o sintéticos? El debate necesario
En la búsqueda de materiales más “amigables”, han surgido alternativas sintéticas que se presentan como “cuero vegano”. Sin embargo, muchas de estas opciones están fabricadas a partir de plásticos y derivados del petróleo, con procesos químicos complejos, baja durabilidad y muy difícil reciclabilidad.
La pregunta entonces no es sólo de qué está hecho un producto, sino qué huella deja. El cuero natural, trabajado con técnicas responsables (como el curtido vegetal), biodegrada, envejece con belleza y dura años, incluso décadas.
En contraposición, muchos materiales “ecológicos” no duran ni una temporada y terminan como basura no reciclable en vertederos urbanos.
Usar lo que dura: otra forma de pensar el consumo
La lógica de la sustentabilidad no es solo una cuestión de materiales: es una forma de pensar el diseño, el uso y el vínculo con los objetos. En Buona Terra creemos que lo más sustentable no es lo nuevo, sino lo que dura.
El cuero argentino, por su nobleza y resistencia, permite crear piezas que acompañan durante años. Con el uso, se adaptan, mejoran, ganan carácter. Y eso habla de un modo de producir con respeto por el tiempo, por los recursos y por la historia que cada objeto puede contar.
En Buona Terra: diseño con raíz y conciencia
Elegimos trabajar con cuero argentino curtido vegetalmente porque creemos en su potencial como material sustentable. Porque es parte de nuestra identidad cultural y porque, usado con inteligencia, es una respuesta ética, estética y económica a un mundo que necesita consumir distinto.
En cada cartera, en cada mochila, en cada pieza que diseñamos, hay una decisión:
no producir más por producir, sino transformar lo que ya existe en algo que merezca ser llevado, con un horizonte mayor a los límites de las temporadas al que nos orienta el fast fashion.
Nuestra propuesta es la de planificar el uso por muchos años. Buona Terra es durabilidad, es sostenibilidad, es slow fashion.